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No hagas a tus hijos lo que no te gusta para ti.

No hagas a tus hijos lo que no te gusta para ti.

Existe en la cultura popular un refrán que dice: No hagas a los otros, lo que no te gusta que te hagan a ti.

Para mi, este dicho en particular ha sido un constante compañero en la crianza respetuosa. Y por eso, escribo esta vez para invitarlos a que, cuando se trata de criar desde el respeto no hagamos esta pregunta: ¿Me gustaría a mi esto…? ¿Yo quisiera estar así…?

La mejor manera de enseñar respeto y límites a nuestros hijos es siendo respetuosos con ellos, es enseñarles desde el ejemplo. Si yo te hablo respetuosamente, no te agredo y te tomo en cuenta, por qué tú aprenderías a reaccionar de otra manera? O al contrario, si yo te pego, te grito y me enfurezco por todo, por qué tú no harías una pataleta?

La cosa va más o menos por ahí.

Entonces si nosotros, como adultos nos sentiríamos peor si al llorar frente a alguien que queremos, esta persona nos ignora; porque nosotros, ignoraríamos el llanto de un bebé??? Cuál es el mensaje que le estamos dando? Pues pareciera que es: no me importa tu malestar, conmigo no cuentes.

Ahora con el llanto o las agresiones parece bastante fácil ponernos en el lugar del otro. Pero existen otras situaciones con las que al parecer es más difícil ser empáticos.

Un ejemplo…

Las fotos, la comida, recriminar en público son situaciones que frecuentemente se prestan para que muchos padres hagamos a nuestros hijos lo que no nos gusta para nosotros.

Imagínense que incomodo probar una comida que no nos guste o estar lleno, y no poder dejar de comer porque alguien nos obliga. Decir: “estoy llena” y que alguien nos obligue y nos chantajee a comer el resto del plato. Incómodo verdad? Pues esto es cotidiano para muchos niños que están creciendo con una relación disfuncional con la comida a la que ven como un auténtico castigo.

Con las fotos, estar todo el tiempo bajo el lente perseguidor de alguien, que toma fotos sin discriminar ni respetar nuestra privacidad debe ser agobiante. Por qué un niño no lo viviría de la misma manera? Y no hablar de cuando nuestro hijo pequeño crezca y se haga adolescente o adulto. A nosotros nos gustaría tener todo ese pasado digital a un click de distancia??? No sé a Uds, yo agradezco no tener registro digital de muchas de mis etapas y looks!

Y exactamente lo mismo sucede con el recriminar o ridiculizar frente a los otros. Imagínense que situación horrible: estamos en una reunión de cumpleaños con varios amigos y nuestra pareja comienza a decir y reclamar sobre situaciones íntimas frente a todos. Es como para sentirse muy mal, no?

Estos son sólo 3 ejemplos breves, pero la lista es infinita! Y el problema además del tipo de relación que estamos construyendo con nuestros hijos, tiene que ver con como les vamos mostrando que los pueden tratar quiénes los aman y viceversa, como pueden tratar ellos a los otros.

Es lo que sucede en el “te pego pero soy la persona que más te ama en el mundo”… se enseña a amar y dejarse amar desde la violencia. Y esta violencia o agresión no tiene que ser sólo física, puede ser también psicológica.

Como lo comentaba en el post anterior, la crianza respetuosa no es sólo “no pegar”, o dejar que los bebés corran en el parque, tiene que ver con respeto. Respeto que principalmente los padres ponen en práctica hacía sus hijos y hacía los otros y cuyos hijos aprenden a partir de este. Por ello es que, yo como siempre insisto: tiene que ver con límites! Porque en el momento en que yo quiero respetar a los demás y que me respeten, tengo que tener límites para no incomodar y ser empático sobre como mis acciones afectan a los otros.

Espero les haya gustado!!!

Gracias por leer.

Joana.